El Parador Ariston, ubicado en Mar del Plata, es una joya arquitectónica abandonada que ha sido testigo de épocas pasadas y ahora se encuentra en ruinas desde 1993. Sin embargo, para Andrea Germinario, este edificio representa mucho más que paredes descascaradas y maderas en mal estado. Es una obsesión vital restaurar esta emblemática construcción y devolverle su fisonomía original y brillo.
Andrea, una licenciada en Arte y apasionada de la arquitectura, describe al Parador Ariston como una pieza única de la escuela Bauhaus en Latinoamérica. Esta característica lo convierte en un verdadero tesoro y un símbolo del movimiento moderno. Convencida de su valor histórico, Andrea lucha incansablemente para que el Estado compre el terreno y la propiedad, y se inicie un proceso de restauración adecuado. Su visión es convertir el Parador en un museo o centro cultural abierto a la comunidad. Su compromiso va más allá de su trabajo en el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata, donde coordina la producción de exposiciones. Andrea dedica su tiempo libre a reunirse con vecinos, instituciones y funcionarios municipales, siguiendo de cerca el estado de situación del Parador Ariston. Su objetivo es difundir el tema y generar conciencia sobre la importancia de preservar este patrimonio arquitectónico.
El Parador Ariston, diseñado por el arquitecto húngaro Marcel Breuer, fue inaugurado en 1948 y se convirtió en un lugar icónico de la época. Con su forma de trébol de cuatro hojas y fachada de vidrio, el parador evocaba glamour y sofisticación. A lo largo de los años, el edificio cambió de rubro varias veces, pasando de restaurante y boite a discoteca, cantobar, parrilla y más. Cada modificación alteró el plano original y contribuyó a su deterioro.
Andrea comenzó a involucrarse en el proyecto de
restauración del Parador Ariston en 2015, cuando estudiaba Gestión Cultural en la
Universidad Nacional de Mar del Plata. Para un trabajo práctico,
decidió analizar esta "arquitectura singular" y descubrió la importancia que
tenía el lugar al recibir llamadas de investigadores de todo el mundo. Aunque
ingresó al parador de manera ilegal para tomar fotografías y reconstruir su
esplendor pasado, lo que encontró fueron grafitis y restos de vandalismo que
contrastaban con la majestuosidad original del lugar.
Desde ese momento,
Andrea se embarcó en una cruzada personal para
recuperar el Parador Ariston. A través de campañas de concientización,
charlas públicas y reuniones con autoridades, ha logrado captar la atención de
la comunidad y despertar el interés por preservar este importante patrimonio
arquitectónico.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil. A pesar de los esfuerzos de Andrea y de contar con el respaldo de organizaciones locales e internacionales, el proceso de adquisición y restauración del Parador Ariston ha sido lento y complicado. Los trámites burocráticos, la falta de financiamiento y la falta de voluntad política han obstaculizado el avance del proyecto. A pesar de los desafíos, Andrea no se rinde. Su determinación y pasión por la arquitectura y la historia la impulsan a seguir luchando por el Parador Ariston. Ella ve en este edificio abandonado una metáfora de un país inerte, incapaz de valorar y preservar su propio legado cultural.
Andrea cree firmemente que la restauración del Parador Ariston no solo devolverá un edificio a su antiguo esplendor, sino que también revitalizará el área circundante y generará oportunidades de desarrollo cultural y turístico para la comunidad local. Su visión es convertir el Parador en un espacio multifuncional que albergue exposiciones de arte, eventos culturales, conferencias y talleres. También planea establecer alianzas con instituciones educativas y centros de investigación para fomentar la investigación y el estudio de la arquitectura moderna.
La historia del Parador Ariston y la lucha de Andrea por su restauración han captado la atención de los medios de comunicación, generando un mayor interés y apoyo público. A medida que la presión y el respaldo continúan creciendo, Andrea se acerca cada vez más a su objetivo de recuperar este tesoro arquitectónico y devolverle su lugar en la historia de Mar del Plata.